La ciudad francesa de Grenoble, con más de dos mil años de antigüedad, es un destino perfecto para visitar el país vecino, por sus impresionantes panorámicas de los Alpes y su bella arquitectura, una ciudad de ensueño donde viviremos experiencias inolvidables.

La forma más económica de viajar hasta Grenoble es volar a París y tomar posteriormente un tren, ya que el trayecto en tren entre ambas ciudades dura menos de tres horas. Los vuelos hasta la capital francesa con compañías aéreas de bajo coste son muy baratos, especialmente si reservamos con meses de antelación. En cuanto al alojamiento, Grenoble cuenta con una amplia gama que va desde hoteles de todas las categorías hasta hostales juveniles y albergues realmente económicos.

Tradicional y moderna, Grenoble posee un gran patrimonio artístico e histórico que nos ofrece un sinfín de interesantes atracciones. Una de las mejores formas de contemplar la ciudad es a través de su teleférico, una experiencia única en la que podremos contemplar los tres grandes macizos que rodean la ciudad. Pasear por las calles de Grenoble es un placer, zonas repletas de tiendas, terrazas y monumentos espectaculares como el Barrio de los Anticuarios, y la Vía Ferrata. La ciudad también destaca por su amplia oferta cultural, y posee varios museos interesantes como el Museo de la Resistencia y el Museo Dauphinois. Otras de las visitas que no nos podemos perder durante nuestro viaje son el palacio de Casamaures, el Centro de Arte Contemporáneo y la Bastilla. Además de todos estos interesantes museos y monumentos, durante nuestra estancia no podemos dejar de lado la gastronomía ya que aquí se cocinan algunos de los platos más deliciosos de toda Francia, como el gratín delfinés o el pollo con salsa de cangrejo. Un lugar mágico, lleno de leyendas y hecho para sentir, una ciudad para disfrutar con los cinco sentidos. Descubre Grenoble en tu próxima escapada.