La ciudad francesa de Lille es uno de los grandes destinos para preparar una escapada económica al país vecino, por su vasta agenda cultural y su gran patrimonio artístico e histórico, así como por su animada vida nocturna y su deliciosa gastronomía.

Lille es un museo en sí misma. Sus calles y casco histórico poseen una belleza que encandila al visitante, así como sus jardines y hermosos espacios verdes nos invitan a la relajación. Algunas de las visitas que no nos podemos perder durante nuestra escapada a Lille son los palacios de Bellas Artes y el Palacio de Rihour, de gran majestuosidad, sin olvidarnos de la Isla Comtesse. Pero el símbolo de la ciudad es, sin lugar a duda, la Atalaya del Ayuntamiento, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, de gran belleza e importancia histórica. Pasear por Lille es un auténtico placer y una de las mejores formas de disfrutar de esta ciudad francesa es a través de sus mercados, como el mercadillo de Wazemmes que se lleva a cabo todos los fines de semana, y también de su gastronomía, siendo algunos de los platos y postres más deliciosos los gofres de Méert, el queso viejo de Lille, y el potjevleesch. Otros lugares de interés en la ciudad son la Ciudadela de Vauban, repleto de románticos canales de agua y considerada como una de las mayores obras maestras de la arquitectura militar en Francia, y la Plaza de Rihour, donde se halla el Monumento de los Muertos, también conocido como Melancolía, y que fue construido en nombre de aquellos que cayeron en las guerras en busca de la paz. Por último, destaca el Petit Quinquin, muy popular y de estilo Art Nouveau. Visitar todos estos lugares y museos puede ser muy económico gracias al City Pass Lille Metrópoli, un bono cuyo precio depende de los días que estemos y que nos permite acceder al transporte público totalmente gratis e incluye más de veinte lugares turísticos.

La mejor forma para viajar a Lille es en avión hasta parís y tomar posteriormente el tren, ya que la distancia entre ambas ciudades se encuentra en torno a los 200 kilómetros. El trayecto puede durar unas tres horas y el precio de los billetes es muy asequible. En cuanto al alojamiento, Lille dispone de hoteles, hostales juveniles, y albergues muy económicos y con todo tipo de servicios. Un lugar perfecto para viajar barato y simplemente maravillarse con la vista.