La ciudad francesa de Estrasburgo es uno de los mejores destinos para visitar y disfrutar del país vecino, por su gran patrimonio artístico, buen ambiente, y su variada agenda cultural. Estrasburgo es una ciudad que no defraudará a nadie, cosmopolita y abierta a todo lo que le pidamos.

Una de las mejores formas de conocer la ciudad de Estrasburgo es en bicicleta, pero dese hace unos años uno de los medios favoritos por muchos turistas para conocer sus rincones y recorrer sus calles es el minitranvía. El casco viejo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, reúne monumentos y edificios de gran belleza e importancia. Entre los monumentos más emblemáticos de Estrasburgo encontramos la Catedral de Notre-Dame, el Palacio Rohan, que data del siglo XVIII, y la Plaza de la República, centro de reunión ya que son muchas las terrazas y locales que se encuentran en esta singular plaza de arquitectura alemana. Algunos de los barrios donde perderse es un placer son el Barrio de las Instituciones Europeas, y Petite France, el barrio más emblemático y encantador por sus canales y pequeñas casas. También podremos visitar durante nuestra estancia museos tan interesantes como el de Arte Moderno y Contemporáneo, entre otros. Y además, podremos visitar muchos de estos lugares a un precio modélico gracias al Strasbourg Pass, bono que nos permitirá disfrutar de los monumentos y museos durante tres días por menos de quince euros.

Estrasburgo cuenta con aeropuerto, pero los vuelos directos a esta ciudad francesa suelen ser bastante elevados. Para ahorrar, una de las mejores opciones para llegar a Estrasburgo es volar a París y tomar posteriormente el tren, ya que el trayecto entre ambas ciudades es de tan solo dos horas. En cuanto al alojamiento, Estrasburgo cuenta con una amplia gama, para todos los gustos y bolsillos, siendo una de las formas más económicas para dormir en la ciudad el hostal y el hostal juvenil.