La ciudad francesa de Dijon, en la Borgoña, es un gran destino si tenemos en nuestra mente visitar al país vecino por muchas razones: sus calles, gentes, monumentos, agenda cultural, gastronomía y vida nocturna excelentes. Una gran ciudad que recibe a sus visitantes con los brazos abiertos, cada fin de semana, en verano, en Navidad, Semana Santa y cualquier época del año.

La ciudad de Dijon, al Este de Francia, es un lugar de leyendas medievales, magia, monumentos muy atractivos, tanto por su historia como por su gran valor artístico, una ciudad del buen comer, una ciudad que no defraudará a nadie que se atreva a conocerla y donde viviremos experiencias inolvidables junto a nuestros seres más queridos. El edificio, y símbolo, más emblemático de Dijon es sin lugar a dudas su catedral, la Catedral de Notre-Dame. Este edificio religioso data del siglo XIII, y es una de las construcciones más importantes de Europa de estilo gótico. Además son muchas las leyendas y mitos que giran en torno a este edificio, como es el caso de la estatua de la lechuza que se halla en una de sus capillas y que se debe tocar con la mano izquierda para pedir un deseo. Otros monumentos importantes de Dijon es la Iglesia de Saint Philibert, y varios palacios, siendo los más populares el Palacio de Justicia y el Palacio de los Duques de Borgoña. En la ciudad destaca el buen estado de sus edificios pertenecientes a la Edad Media, como es el caso de la Maison Milliére, que ha servido como escenario para varias películas, siendo la más conocida Cyrano de Bergerac. Pero por lo que es conocida internacionalmente la ciudad de Dijon es por la Mostaza Dijon-Prenois, un autódromo en el que se llevan a cabo todos los años numerosos campeonatos de automovilismo. También merece la pena visitar el Museo de Bellas Artes, que además se halla en el ya mencionado Palacio de los Duques de Borgoña. Desde su terraza podremos contemplar las vistas más impresionantes de toda la ciudad, al mismo tiempo que nos maravillaremos con las numerosas obras de arte que se guardan en él. Por último, no nos podemos volver si haber tomado una rica taza de café o chocolate caliente en alguna de las encantadoras terrazas de la Plaza de la Liberación, del siglo XV y desde donde contemplaremos la fantástica Iglesia de San Miguel.

La forma más barata y cómoda para llegar hasta Dijon es con los vuelos low cost a París de alguna de las numerosas aerolíneas de bajo coste, y proseguir en tren o con un coche de alquiler, ya que la distancia entre amabas ciudades no es muy larga. En cuanto al alojamiento, la ciudad posee una gran oferta de hoteles, hostales juveniles, pensiones y albergues muy asequibles, alojamientos para todos los gustos y también para todos los bolsillos.