Hoy el turismo mueve millones de personas en el mundo, sobre todo en los países desarrollados, dónde más de la mitad de la población realiza viajes de fin de semana, disfruta de vacaciones y descansos, y la disponibilidad de tiempo libre va en aumento. De 44 millones de turistas extranjeros en 1950, se ha pasado a 161 en 1991 (a nivel mundial).

El incremento del tiempo libre como fenómeno social que hace posible el turismo e incide en la organización del territorio va unido a la industrialización. En las sociedades agrarias sólo las clases privilegiadas disponían de tiempo libre. Con la aparición de la fábrica se regula la jornada laboral y aparece el concepto de ocio que supone el empleo del tiempo libre en actividades agradables y voluntarias. El ocio contribuye también al perfeccionamiento de la persona. La sociedad industrial urbanizada extendió a las masas el derecho al esparcimiento. La más reciente revolución tecnológica ha abierto el camino a una sociedad de ocio para la que se han de preparar las nuevas generaciones. La necesidad de esparcimiento y de actividades de tiempo libre influyen en la expansión de la ciudad, en la transformación del paisaje y en la organización del territorio en general. Se crean infraestructuras especializadas con zonas verdes, campos de deporte, centros culturales, auditorios y se establecen sistemas de transporte que facilitan el acceso a los medios de ocio. Dentro del aprovechamiento del tiempo libre tiene especial importancia el turismo por el volumen de población que moviliza, por sus repercusiones económicas y sus efectos sobre el paisaje. Se buscan climas agradables, paisajes naturales y culturales, diferentes ambientes y gentes distintas, entra otros muchos atractivos que se suelen valorar para un viaje de fin de semana o unas vacaciones.