La ventaja de vivir en familia es que mutuamente se pueden dar buenos masajes en casa. Así un buen masaje de espalda puede impartirse entre los esposos o de padres a hijos, aliviando las tensiones que se acumulan a diario ya sea en el trabajo, haciendo las labores del hogar y los estudios. En casa he bautizado dos tipos de masajes: relajativo y destructivo. Ambos con diferentes intensidades pero que han demostrado una eficacia casi similar en relajamiento. Les explico algo de cada uno.
Masaje Relajativo
Se emplea una forma tradicional de masajes comenzando desde el cuello, siguiendo por los hombros y zonas laterales para retomar desde la parte inferior del cuello hasta llegar a la zona sacra. El truco de este tipo de masajes radica en la suavidad con la que se imparte usando las palmas de las manos, los pulgares solos y todos los dedos en su conjunto. Los movimientos deben ser ondulados del centro hacia los costados. Hay que hacer énfasis en la zona entre el cuello y cada hombro. Ya que en estos se muestran un poco tensionados después de una rutina muy cargada de quehaceres y responsabilidades. La duración puede variar entre escasos 15 minutos hasta un promedio de media hora.
Masaje Destructivo
Este masaje como su nombre lo dice esta intencionado a destruir el estrés y la tensión muscular utilizando una técnica un poco agresiva o aplicada enérgicamente. Se puede comenzar como el Masaje Relajativo pero se debe aumentar la intensidad afirmando más la piel contra los huesos. Usualmente continúo dando unos golpecillos con el canto de la mano por toda la espalda, seguido de presiones con los dedos y nudillos. Luego procedo con la parte interna de la muñeca de la mano haciendo presión media por toda la espalda. Finalmente para matizar se hace una repasada con masajes más suaves. El tiempo estimado de este masaje puede ser una media hora promedio. Después de un masaje destructivo se siente una mezcla de alivio de tensiones, un ligero cansancio y relajamiento. Una siesta no cae mal en estas condiciones.
Ahora usted puede hacerlo en casa como un anticipo hasta cuando decidan acudir a un centro de spa y de paso aprendan más de las técnicas de los masajistas.