La ciudad irlandesa de Cork, enclavada en un paraje natural increíble, es uno de los mejores destinos para los que decidan viajar a Irlanda. Situada en el Condado de Corck, conocido como el “Condado Rebelde”, la ciudad de Cork es un pequeño tesoro que tiene mucho que ofrecer a sus visitantes.

La ciudad, dividida en tres partes por el río Lee, tiene una amplia variedad de atracciones para los visitantes. Algunos lugares y atracciones que no podemos dejar atrás durante nuestra estancia son la Catedral protestante de San Finbarr, el Palacio de la Ópera, el Puente de St. Patrick y Abby Tower. Pero los alrededores de Cork también ofrecen lugares y monumentos muy interesantes que merecen ser visitados como el Castillo de Blarney donde se encuntra la famosa piedra de la suerte que hay que besar, y los lagos, destacando tres de grandes magnitudes y belleza:  Upper Lake, Muchross Lake y Lough Leane. Pero siemrpe hay tiempo para descansar y no hay sitio mejor en Irlanda que en un pub tradicional, donde podremos degustar la gastronomía típica además de la famosa cerveza Guinness.

Los vuelos directos hasta Cork no son muy baratos, pero sí lo son los vuelos a Dublín, desde unos 40 o 50 euros en compañías aéreas como Ryanair o Vueling. La opción más rentable es viajar en avión hasta la capital irlandesa y trasladarnos posteriormente hasta Cork en tren. En cuanto al alojamiento, el hostal o albergue son las opciones más económicas. Algunos alojamientos recomendados por su buena relación calidad-precio son Kinlay House Cork, Bru Bar & Hostel, Cork International Young Hostel y Sheila Hostel, cuyos precios son inferiores a los 20 euros por persona y noche.