La ciudad mediterránea de Kotor, enclavada en Montenegro, es un auténtico paraíso cultural, natural y gastronómico, una ciudad con grandes experiencias que aportarnos. Kotor no es sólo otra joya de la bella Costa Dálmata, podría considerarse la joya de la corona.

La población de Kotor se ubica sobre la bahía Boka Kotorska, de pequeñas dimensiones y que hacen de ella algo único, un lugar acogedor donde disfrutaremos de grandes monumentos y edificios medievales, islas con miles de secretos que desentrañar, paisajes de ensueño y paradisíacas playas de arena dorada. La ciudad, rodeada por una espectacular muralla, fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, por la riqueza natural, cultural e histórica de la Región. De su costa, además de su bahía, destaca una zona de altos acantilados desde los cuales podremos contemplar unas magníficas vistas del Mar Adriático, así como atardeceres inolvidables. El turismo en la ciudad ha experimentado en los últimos años un gran crecimiento, hecho debido fundamentalmente a la gran variedad de playas cercanas a la ciudad, todas en muy buen estado de conservación, de aguas azul turquesa y rodeadas de una exuberante vegetación. En el pueblo predominan, dentro de sus monumentos, las edificaciones religiosas ortodoxas y en la Ciudad Vieja destacan tres puertas de plomo que datan del siglo XIII. Otros lugares de interés son los palacios de Beskuca y Bisanti, la Iglesia de San Lucas, y el monumento Kanli Kula. Sin lugar a  dudas, Kotor se presenta como un gran destino para preparar nuestras próximas vacaciones de verano, una población que aúna naturaleza, cultura, tradición, vida nocturna y gastronomía como ninguna otra de la Costa Dálmata, un destino ideal para viajar en familia, con amigos o en pareja.

El alojamiento resulta muy económico y variado, ya que los precios en Europa del Este son mucho más asequibles que los de los países europeos occidentales. En Kotor podremos elegir entre dormir en un hostal juvenil, camping, o varios hoteles de la zona.